“Por fe Abraham obedeció”
Hebreos 11:8
La obediencia a la voluntad revelada de Dios es a menudo tanto un paso de fe, como demandar una promesa de Dios. De hecho, uno de los pensamientos más intrigantes del libro de Hebreos es la forma en que el escritor parece usar la obediencia y la fe indistintamente. Él habló de los hebreos del Antiguo Testamento que nunca entraron en el descanso de Dios porque desobedecieron (3:18). Incluso, no pudieron entrar debido a su incredulidad (3:19). Este intercambio de incredulidad y desobediencia también ocurre más adelante en el libro (4: 2,6).
Se decía que los héroes de la fe en Hebreos 11 "aún vivían por fe cuando murieron" (11:13, NVI). Pero el elemento de obediencia, que respondía a la voluntad de Dios, era tan prominente en sus vidas como lo era el esperar las promesas de Dios. Ellos obedecieron por fe. Y dado que la obediencia es el camino hacia la santidad, una vida santa es esencialmente una vida obediente, podemos decir que nadie se volverá santo sin una vida de fe. La fe nos permite reclamar las promesas de Dios, pero también nos permite obedecer los mandamientos de Dios.
La fe nos permite obedecer cuando la obediencia es costosa y no parece razonable para la mente natural.
El camino de la obediencia en la búsqueda de la santidad es a menudo contrario a la razón humana. Si no tenemos la convicción de la necesidad de obedecer la voluntad revelada de Dios, así como la confianza en las promesas de Dios, nunca perseveraremos en esta difícil búsqueda. Debemos tener la convicción de que buscar la santidad es la voluntad de Dios para nosotros, independientemente de cuán ardua y dolorosa pueda ser la búsqueda. Y debemos confiar en que la búsqueda de la santidad resulta en la aprobación y bendición de Dios, incluso cuando las circunstancias lo hacen parecer de otra manera.
(Extracto tomado de "The Pursuit of Holiness")
No comments:
Post a Comment